domingo, 2 de octubre de 2011

Christine de Pizan (1364-1430)

Esta escritora de la quiero hablar, me ha venido a la cabeza gracias a la música. Ayer en el trabajo, en un momento de silencio y ensimismamiento, empezó a sonar esto: http://www.youtube.com/watch?v=n1OD07R2El8

Lo extraño no fue que la música me devolviera a la realidad, sino que no hubiese sido yo la persona que lo hiciese sonar, porque es el tipo de música característica que suena cuando estoy en tienda. Sorprendida, me acerqué a ver que era y resultó maravilloso descubrir el disco, Corps Femenin: L'Avant-Garde De Jean Duc De Berry, basado en música de una de mis épocas artísticas favoritas, y recibir una bella sonrisa por parte de la persona que lo había puesto, ante mi entusiasmo. En ese preciso instante, Christine hizo acto de presencia en mi memoria. Así que, he aquí un poco de su historia...

1.
"Si las mujeres hubiesen escrito los libros, estoy segura de que lo habrían hecho de otra forma, porque ellas saben que se las acusa en falso" (Épistre au Dieu d'Amours).
Durante un cierto tiempo de su vida, Christine estuvo reflexionando sobre cómo era posible que los hombres hubiesen escrito textos tan negativos sobre las mujeres: "me encontraba tan intensa y profundamente inmersa en esos tristes pensamientos que parecía que hubiera caído en un estado de catalepsia. […] Llegué a la conclusión de que al crear Dios a la mujer había creado un ser abyeco. […] Ya que, si creemos a esos autores, la mujer sería una vasija que contiene el poso de todos los vicios y males." Es así como surgió uno de sus libros más potentes, Le Livre de la Cite des Dames (1405), donde a partir de esa lamentación sobre ser mujer, a Christine se le aparecen tres damas que la consuelan, y le anuncian que levantará una ciudad ayudada por ellas. Así, se articula toda la construcción de la nueva ciudad ideal (entendida ciudad=libro), es decir, se construye una nueva imagen de la mujer, la verdadera.

Pero vayamos un poco más atrás en el tiempo. Nacida en Venecia, de padre astrólogo y médico, y abuelo anatomista, a la edad de cuatro años se trasladó a París, para que su padre se convirtiese en consejero científico del rey, Carlos V de Valois. Éste, mandó que la hija de su físico participara en todas las fiestas y divertimientos de la corte compatibles con su edad y fuera educada como una princesa. En una corte humanista que obedece a un espíritu crítico, de libre examen y basado en la experiencia, su padre la impulsa hacia el estudio en contraste con su madre, más preocupada en la dedicación de sus hijas a las tareas del hogar.

2.
Instruida pues en latín, francés e italiano, y rodeada de los libros de la Bibliothèque Royale, pasó la mayor parte de su infancia y adolescencia hasta que, a los quince años, se casó con Estienne du Castel, un inicial matrimonio de conveniencia que resultó una década de amor apasionado. Pero tras esos diez años, la desgracia aparece en la vida de Christine: su marido muere a causa de la peste y, ella, con veinticinco años y tres hijos, descubre su apurada situación económica. Tras una larga pelea de juicios y pleitos para recuperar sus bienes, y viendo que la justicia tardaría años en devolverle lo que le pertenecía por derecho, se encerró en su estudio y empezó a forjarse como femme de lettres. Decir que primero escribió baldas para llorar a su esposo y que luego, debido al cambio de status intelectual y de discurso literario que se da en el siglo XV, compuso obras más largas que abarcan temas de dimensión tan universal como la condición femenina, la historia de las mujeres o el poder político.

Y es así como, inevitablemente, nacen obras como La Ciudad de las Damas o El Tesoro de la Ciudad de las Damas. El primero no es una obra didáctica, sino una historia de las mujeres y un alegato en su defensa, y el segundo resulta un libro de regimiento de la conducta femenina, en el que la autora aconseja a mujeres de todas las condiciones.

A pesar de que sus textos son considerados una clara anticipación del feminismo moderno, lo realmente interesante son los temas que trata como la violación, la igualdad de sexos, el acceso de las mujeres al conocimiento, etc., que nos sorprenden por su rabiosa actualidad.

3.
Me cuesta entender porque es tan desconocida, al menos, en los entornos femeninos. En mi caso, fue por el estudio de las miniaturas de los manuscritos borgoñones, que una profesora nos la descubrió, por lo particular de como está representada que tiene mucho que ver con la visión de la mujer que ella defiende. Por eso también, resulta muy interesante que le regalara a la reina Isabel de Baviera sus escritos, como puede apreciarse en la iluminación del folio adjunto.

Tenemos, ciertamente, una visión equivocada sobre esa época. Es decir, a mí también me gusta la visión romántica que surgió en el siglo XIX en torno a la edad media, los caballeros, las doncellas, etc., pero aún me fascina más la realidad, esa lucha a la luz y a la sombra de la historia de esas particulares y fuertes damas, con las que todas deberíamos soñar ser.

(1). "El espacio de la escritura": Christine en su estude. Le Livre de la Cité des Dames, ms. Harley 4431, fol. 4, British Library de Londres.
(2). "Christine de Pisan presentando su libro a Louis D'Orleans": siglo XV. British Library de Londres.
(3). "ChristineIsabelle de Baviera". Les obres, ms. Harley 4431, fol. 3, British Library de Londres.
Para más información: 
  • Christine de Pisan. "La Ciudad de las Damas". Ed.Siruela. Madrid, 2006. Libro. 
  • Christine de Pisan. "The treasure of the city of ladies, or The book of the three virtues". Ed.Penguin. 2003. Libro.
  • Christine de Pisan. "Christine de Pisan: autobiography of a medieval woman (1363-1430)". Ed.Minerva Press. 1996. Libro. 
  • Ferrara Ensemble. "Corps Femenin: L'Avant-Garde De Jean Duc De Berry". Arcana Records. 2010. Cd.